Es con el bagaje de la memoria que nos enfrentamos a los recuerdos, esta parte en definitiva es lo que nos forma y nos contiene hasta el último día de nuestras vidas.

"El recuerdo es la memoria del alma"

Aunque podemos recordar gran parte de nuestro pasado, muchas veces bloqueamos recuerdos que fueron traumáticos y que inconscientemente nuestro cerebro encierra para así no lastimarnos a nosotros mismos.

Es así como nos damos cuenta que los recuerdos tienen el poder de controlar nuestras emociones de manera casi involuntaria, porque con ellos pasamos de ser felices a estar tristes en un instante por aquel recuerdo amargo y gris que quedó guardado en algún rincón de nuestro cerebro. Así mismo están los recuerdos que nuestra mente fue modificando y endulzando poco a poco para que queden arraigados en lo más profundo de nuestra memoria y nuestro ser. Es así cómo aquel recuerdo pasa de ser algo real y tangible a ser un escape fantasioso que nos ayuda a no afrontar la realidad.

Esa realidad que muchas veces nos deja toques amargos y agrios y de la cual muchas veces fantaseamos con escapar.